Los derechos de las infancias y las políticas públicas que desde el Estado deben garantizarse, se encuentran en los últimos tiempos en un fenomenal retroceso. Basta para ello observar el dato de UNICEF que da cuenta de 5,6 millones de niñas, niños y adolescentes pobres en nuestro país, sumado a la gravedad de los dichos oficiales que criminalizan a las infancias vulnerables. Pero ¿qué entendemos por “infancia”? ¿Existió y existe un sólo modo de ser niño y niña? ¿A través de qué mecanismos y por medio de qué representaciones se hacen visibles los chicos y chicas en nuestra sociedad? El Estado, los medios de comunicación y el mercado son los principales agentes históricos que configuraron los diferentes modos de ser niño y niña y, al mismo tiempo, condicionaron los diversos y desiguales trayectos infantiles.