La OMS advirtió que “No habrá regreso a la normalidad en el futuro previsible”.
Será factible apresurar la gestión de los nuevos modos de relacionarnos y vincularnos.
Esta “Nueva Normalidad” de la que tanto se viene hablando, (Distanciamiento – Uso de Barbijo- Higiene de manos) implica una transformación social de la comunidad, tiene que ver con un ordenarnos como sociedad. Renunciar a costumbres que están muy arraigadas en nosotros y que forman parte de nuestra cultura, como el compartir un mate, la manera de saludarnos, los abrazos, el juntarnos a comer. Esto es algo que está muy estereotipado y naturalizado en nosotros. Y forma parte de nuestro imaginario social y de nuestra cultura.
Hoy nos encontramos bajo este contexto de un futuro incierto, intentando dar cuenta de qué manera nos reinsertamos, nos reacomodamos y continuamos con nuestras vidas. La pregunta sería bajo qué modelo nuevo de paradigma nos posicionamos para seguir con nuestra cotidianidad.
Es importante entender que debemos encuadrarnos bajo estos nuevos parámetros culturales que son los que nos van ayudar a organizarnos y poder sobrellevar estas nuevas normas, estos nuevos preceptos y limites, este nuevo orden social, estos nuevos criterios de normalidad, que tienen como única finalidad cuidarnos y preservar nuestra salud.
Esperando la vacuna del coronavirus con distancia social y prevención
Si bien es cierto que hasta el momento no hay una vacuna que nos proteja del coronavirus, también es cierto que ante esta ausencia el único remedio que tenemos a nuestro alcance es la “Prevención”.
Pero Prevención no es solamente higiene, aislamiento y barbijo, esta va acompañada de una responsabilidad compartida tanto de las políticas sanitarias como de la comunidad. Creo que este proceso de motorizar y acelerar el fin de la cuarentena obligatoria, tiene que ver con este “compromiso mutuo que ambas partes debemos asumir” y que si no lo hacemos vamos a tener graves consecuencias.
El desafío que tenemos hoy como sujetos, es por un lado adaptarnos y aceptar estos nuevos parámetros culturales y por el otro, ponerlos en práctica para reparar un momento histórico del cual no somos responsables, pero si somos partes.
Para establecer esta “Nueva Normalidad” es indispensable hacer un trabajo en conjunto entre Estado- Sociedad/Comunidad, y a dicho trabajo debemos sumarle el compromiso de ambas partes, para que juntos podamos encontrar la vía más adecuada, que nos permita volver a nuestra cotidianidad de la mejor manera.
“Nadie se salva solo. Nadie Salva a nadie. Todos nos salvamos en Comunidad” (Paulo Freire)
*Este artículo fue publicado originalmente en minutochaco.com.ar