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Rostro de Felipe Vallese. Primer Militante Peronista Detenido Desaparecido por una dictadura militar

Un grito que estremece… homenaje a Felipe Vallese

El 23 de agosto de 1962 la policía secuestró al militante de la UOM y de la Juventud Peronista Felipe Vallese. Desde entonces permanece desaparecido. En el barrio de Flores, la calle donde fue secuestrado lleva su nombre y la escena de su secuestro se encuentra preservada como un gesto político en pos de la memoria, la verdad y la justicia.

En el barrio de Caballito de la Ciudad de Buenos Aires, a pocas cuadras del Parque Centenario se encuentra el Hospital Durán. Frente a una de sus puertas, sobre la calle Ambrosetti, comienza la calle Felipe Vallese. Como si se tratara de un gesto de cierta justicia política, la Vallese no nace de cero, sino que tiene historia: comienza su numeración desde el 300, y nace de la Arturo Jauretche que llega hasta ese número. A partir de ahí, Felipe Vallese se encamina hacia el oeste atravesando el barrio de Flores, para desaparecer en Floresta, con otro hermoso gesto simbólico: la calle termina junto a los árboles de “la Victoria”, un pequeño parque que se encuentra en la intersección con la calle Gualeguaychú.

La Felipe Vallese no es demasiado transitada por vehículos. Las líneas 34 y 134 son las únicas que tienen breves trayectos por esa calle, al este y al oeste respectivamente. Al caminar por sus veredas, la Felipe Vallese no se distingue mucho de sus alrededores. Proliferan las farmacias, un par de escuelas, un jardín de infantes, una estación de servicio en la intersección con la avenida Dr. Honorio Pueyrredon, algunos pocos edificios y muchas casas con arquitecturas de lo más variadas, desde construcciones clásicas, más bien sencillas, hasta diseños más logrados como las expresiones del art decó entre Biedma y Seguí. En una recorrida ingenua todo parece normal, y más allá de esas pequeñas joyas arquitectónicas nada resalta. Sin embargo, esta es una calle que encierra historia, una historia oculta para la mayoría pero expuesta a plena luz del día para las mentes inquietas y los ojos agudos.

Las veredas de la calle Felipe Vallese son caminadas todos los fines de semana por los paseadores de perros que brindan su servicio a la comunidad. Normalmente, cada uno de ellos lleva cerca de siete perros sujetados con sus correas, atolondrados, olfateando cada árbol y dejando su huella en más de uno. Sin embargo, entre la Avenida Teniente General Donato Álvarez y la calle Manuel Ricardo Trelles hay un árbol prohibido. Está ubicado frente al 1776 de la calle Felipe Vallese y ese sí que se distingue claramente del resto: una placa de piedra a su lado revela su pasado. Cuidar este árbol es cuidar un pequeño pedazo de memoria, un pequeño retazo de la historia nacional.

La noche del 23 de agosto de 1962, en esa misma calle que por entonces se llamaba Canalejas, Felipe Vallese, delegado gremial de la UOM y militante de la resistencia peronista en la JP, fue secuestrado. Según informaron los medios gráficos unos días después, desde hacía varios días había autos “sospechosos” en las inmediaciones. A las 23:30 uno de ellos hizo señas de luces al verlo pasar y arremetieron contra él. Vallese se resistió aferrándose con uñas y dientes a ese árbol situado frente al número 1776 de la calle Canalejas, ahora resguardado como un monumento… pero no fue suficiente. Sus gritos despertaron a los vecinos que intentaron defenderlo pero fueron reducidos por las amenazas de hombre armado que les exigió que no se metieran. 

Junto con Vallese se llevaron a otros miembros de su familia, amigos y compañeros peronistas a la comisaría primera de San Martín. Allí fueron sometidos a tortura bajo la consigna “¿Dónde está Rearte?”, en alusión al dirigente de la juventud peronista Gustavo Rearte. Se supone que Vallese falleció bajo tortura, pero su cuerpo nunca fue encontrado y de este modo se convirtió en el primer detenido-desaparecido peronista de la historia argentina. El hombre que comandó el operativo y torturó al militante fue el Jefe de la Brigada de Servicios Extremos de la Unidad Regional San Martín Juan Fiorillo, quien falleció en el año 2008 bajo arresto domiciliario a la espera de ser juzgado por delitos de lesa humanidad perpetrados por la Triple A y durante la última dictadura militar.

Hay quienes dicen que cada 23 de agosto a las 23:30 junto a ese árbol de la calle Felipe Vallese (ex Canalejas) al 1776 puede oírse el eco de un grito lejano. Igual que aquel que cantaban sus compañeros del gremio, los de la JP y todos los que se movilizaron por encontrarlo. Algunos dicen que todavía puede oírse su proclama desde el fondo de una herida histórica que no se cierra: “¿Dónde está Vallese? Un grito que estremece… ¿Dónde está Vallese? Vallese no aparece”.

*Este artículo fue publicado originalmente en minutochaco.com.ar

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