Ilustración con acuarelas pasteles verdes y azules de una mujer con los ojos cerrados, cabello negro.

«Amanda y Eduardo», de Armando Discépolo

Todos los domingos de octubre a las 20 horas, se presenta en Tadrón Teatro, “Amanda y Eduardo”, basada en la obra homónima del dramaturgo argentino y creador del grotesco criollo, Armando Discépolo. Adaptada y dirigida por María Laura Laspiur y protagonizada por Magdalena Pardo y Piero Anselmi, te contamos por qué es una buena opción de fin de semana.

El melodrama se sitúa en la Buenos Aires de los años ‘30. Amanda, es una joven que sostiene a su familia como “querida” de un hombre de clase alta. El conflicto –que podría resultar un cliché, pero cuya resolución dista mucho de ello– se desencadena cuando la protagonista se enamora de Eduardo: un periodista que sueña con ser escritor, de clase baja y casado. Ambos jóvenes, deberán tomar una decisión sobre sus sentimientos, y aceptar el riesgo que ella conlleve.

Amanda y Eduardo, no es la historia de un amor contrariado, es más bien una historia que sirve de pretexto para pintar de cuerpo entero a una sociedad que prioriza el dinero por sobre cualquier emoción genuina. Contribuye además, a mostrar el sometimiento cultural de las mujeres de la época, que resultaban heroicas cuando renunciaban a sus verdaderos deseos, para satisfacer a los demás.

La sala en que confluyen actores y público es reducida, por lo que el encuentro es íntimo, necesariamente íntimo, con una iluminación tenue que acompaña el ritmo narrativo. La escenografía es mínima pero suficiente, el peso de la historia está en la cadencia de las palabras y la expresión corporal de quienes le dan vida a un amor que va perdiendo sentido ante la necesidad de sobrevivir.

Las actuaciones sorprenden por lo precisas. El sufrimiento de unos, el sarcasmo y la ironía de otros (mención especial para la Doña Flora de Cecilia Sgariglia), y la prepotencia de un “amor” que se sabe comprado de antemano (el Leonardo de Nicolás Van de Moortele).  Los personajes, como rehenes de un mundo infame, se debaten entre la incertidumbre de futuro adverso: ¿amar en la miseria o sobrevivir cómodamente en una vida sin sentido?.

En tiempos donde ser propietarios de algo o alguien parece más importante que ser sencillamente humanos, la adaptación de la obra de Discépolo, –mediante sus planteos en temas como el poder, la culpa y la pasión– nos permite reflexionar sobre el precio que pagamos cada vez que elegimos tener y nos olvidamos de ser.
Entradas disponibles en Alternativa Teatral.

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