“Es emocionante ver lo que estamos logrando juntos” afirmaba María Eugenia Vidal en su spot publicitario para las elecciones a gobernadora de la provincia de Buenos Aires en el año 2015. “Un día nos levantamos y sentimos que todo había cambiado” continúa y agrega “Cambiamos enojo por esperanza”. La cámara la filma y aparece una Vidal que sonríe con toda la cara. Lejos quedó aquella mujer que acompañó a Mauricio Macri como vicejefa de gobierno porteño en el año 2011. Con dientes enfundados –parte del extreme makeover que realizó sobre su imagen para la campaña a la gobernación –y una figura claramente más esbelta, la gobernadora aclara que ellos (es decir, su partido) no se enojan. Uno podría intuir que al hablar de enojo se refiere indirectamente a los modos fervorosos que tenían ciertos sectores del kirchnerismo, y en especial la ex Presidenta Cristina Kirchner, para referirse a problemáticas de la coyuntura social. Pero al parecer el PRO no se enoja. O al menos no en cámara.
“Cada vez somos más los que sabemos que podemos vivir mejor, sabemos que podemos tener mejores hospitales, escuelas y rutas en todo el país, sabemos que podemos generar más trabajo. No vas a perder nada de lo que ya tenés, no te vamos a dejar solo” remata la actual gobernadora mientras la imagen de Mauricio Macri aparece en varias escenas (visitando barrios y hablando con trabajadores). En el cierre del spot, el entonces candidato presidencial, afirmaba mirando a cámara: “Estamos convencidos de que somos mejores juntos que separados”. El anuncio finalizaba con ambos candidatos pronunciando el nombre de su alianza: “Cambiemos”. https://www.youtube.com/embed/EO4bwCUTtPE
La realidad efectiva: lo que no dicen los spots
Según el registro administrativo de los sistemas de la Seguridad Social-AFIP “hasta abril pasado se han destruido 73.100 empleos asalariado formal del sector privado desde que Mauricio Macri es Presidente de la Nación” (Página 12). Asimismo “el anexo estadístico del último informe del Ministerio de Trabajo ‘Situación y evolución del trabajo asalariado en el sector privado (abril 2017)’, permite analizar la evolución histórica del empleo: en noviembre de 2015 el total de trabajadores sumaba 6.266.800” y:
“De diciembre 2015 a abril 2017, en apenas diecisiete meses, se destruyeron 54.200 empleos industriales, 2,6 veces más que en el año de la peor crisis financiera internacional desde el crac del ‘30 del siglo pasado. Hoy el empleo industrial es similar al de noviembre de 2010 cuando se ubicaba en 1.198.500 puestos” (Página 12).
Dos años pasaron casi ya desde aquellas fatídicas elecciones del año 2015, donde el macrismo supo demostrar que no era un fenómeno exclusivamente de la Capital Federal, sino una fuerza política mucho más consolidada que logró ganar las elecciones nacionales y los dos distritos más importantes del país (la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires).
Desde el PRO la apuesta ahora no es al cambio (de color político en el poder del Estado) sino a la continuidad. Con una gestión de casi dos años, Cambiemos ya no puede pedir un cheque en blanco ni un voto a ciegas, hay estadísticas y hechos fehacientes que demuestran el rumbo y las prioridades que posee esta franja política https://www.youtube.com/embed/DyATcxzqp58
Cambiamos futuro por pasado
Mauricio Macri esgrimía en el 2011, para renovar su mandato como Jefe de Gobierno, el slogan “Juntos venimos bien”. Actualmente la frase utilizada es “vamos juntos” y “Sigamos cambiando juntos”.
El spot realizado para la campaña a diputados y senadores provinciales del año 2017 apela a la importancia de trabajar en equipo y resalta constantemente lo fundamental que es “ir juntos” y “trabajar en conjunto” para “mejorar” la provincia.
En el anuncio de Cambiemos pueden verse a diversos habitantes de la provincia de Buenos Aires haciendo distintas cosas, un hombre tomando mate, un enfermero entrando al hospital, una mamá despertando a su hijo. “Juntos empezamos a cambiar cosas para que vivamos mejor” afirma el locutor. “Claro que queda mucho por hacer, por eso es importante que nuestro equipo crezca, como crecen las ganas de seguir mejorando la vida de todos, con Esteban (Bullrich) que busca poner la tecnología en manos de los jóvenes, emprendedores y PYMES” dice la voz en off de María Eugenia Vidal.
Es de público conocimiento la situación que enfrentaron los docentes de colegios públicos a principios de este año con el entonces Ministro de Educación, Esteban Bullrich, funcionario que no convocó a la paritaria nacional establecida por Ley. Este hecho dificultó el normal ejercicio de las clases durantes varios meses y estuvo mediado por aprietes por parte del gobierno a delegados sindicales de los docentes. En este sentido pareciera que la “mano dura” de Bullrich con los guardapolvos blancos fue recompensada con su candidatura a senador por la Provincia de Buenos Aires, lo que le permitía competir con la fuerte figura política de Cristina Fernández de Kirchner.
Por otro lado, y contrastando con lo dicho en el spot de Cambiemos, según la Asociación Pyme y la Federación de Cámaras y Centros Comerciales de la República Argentina (Fedecámaras):
“Desde que comenzó el gobierno de Mauricio Macri, unos 25.000 locales comerciales de todo el país debieron bajar sus persianas, y más de 6.000 pequeñas y medianas empresas siguieron el mismo camino. No obstante, las pymes que lograron subsistir a la fuerte embestida recesiva de Cambiemos experimentaron a lo largo de 2016 una caída de su producción que va del 5 al 8%. Son datos más que preocupantes si se tiene en cuenta que este sector concentra el 80% del empleo privado y aporta el 40% del Producto Bruto Interno (PBI)” (Diario Contexto).
En esta línea, según esta misma fuente, alrededor de 20 empresas por día dejan de funcionar debido a la crisis en la producción (Infonews).“Tenemos un gran desafío, tenemos esperanza, en equipo lo estamos haciendo posible” afirma Vidal al finalizar el spot mirando a cámara y sonriendo. Pareciera que el discurso PRO pasó de la “pesada herencia” al “sabemos que falta” y “queda mucho por hacer”.
El énfasis que se pone en reiterar la importancia del trabajo en equipo y en la palabra juntos, deja entrever una estrategia comunicacional que interpela al vecino (no militante, no ciudadano, sino vecino) para que se sienta parte de la campaña. En los spots de Cambiemos todo es lindo, limpio y sonriente. Todo se puede lograr y el único techo es el cielo.
Es pertinente contrastar esto con la realidad social que se vive actualmente en nuestro país, con miles de despidos, ajustes en tarifas de servicios básicos (como agua, luz y gas) y el aumento de la canasta básica, todo esto sumado a los aumentos en los índices de indigencia y pobreza, como así también de mortalidad infantil (tras seis años de caída). Lla baja del poder adquisitivo de los trabajadores debido a la inflación y el aumento de precios termina de complicar la situación.
No solo la inseguridad es económica en la era Macri, también abarca el área de los Derechos Humanos elementales. No hace falta mencionar que tenemos a un desaparecido en democracia secuestrado por la Gendarmería Nacional, fuerza que es avalada y encubierta por una Ministra de Seguridad cómplice (y el Gobierno nacional).
Si bien Cambiemos es una derecha con legitimidad de origen, posee políticas económicas neoliberales muy similares a las de la Dictadura militar. Como bien dijo María Eugenia Vidal en campaña en un aparente ¿fallido?: “Cambiamos futuro por pasado”
Analizando los datos duros pareciera haber una disociación entre la realidad efectiva y los spots de campaña, pero lo cierto es que a la hora del voto a Cambiemos le va muy bien electoralmente. En la Capital Federal la diferencia es abismal, mientras que Vamos Juntos con Elisa Carrió como primera candidata a diputada obtuvo el 49,55% de los votos en las PASO de Agosto, Unidad Porteña (segunda fuerza en el ranking de votos) con Daniel Filmus como candidato obtuvo un 20,73%. En las PASO de la Provincia de Buenos Aires, la candidata a senadora Cristina Kirchner le ganó nada más que por 0,21% a su competidor de Cambiemos, Esteban Bullrich.
¿Cómo se explica la victoria de Cambiemos en las elecciones?
Según el periodista y politólogo, José Natanson el macrismo no es un golpe de suerte. Con una disciplina estratégica comunicacional, los candidatos no se apartaron de la línea trazada por Durán Barba.
En su artículo publicado en Página 12, Natanson enumera ciertas cuestiones que el macrismo supo interpelar en el electorado, entre ellas vale la pena destacar:
- La lucha contra el narcotráfico (aunque la mayoría de los votantes no tengan una situación cercana de peligro).
- El trabajador meritocrático (no necesariamente de clase alta) que prioriza el esfuerzo personal para alcanzar sus logros sobre las políticas integrales de Estado. Es común escuchar hablar en este ámbito sobre la “cultura del trabajo” y evitar “las avivadas”. A este votante también apunta Sergio Massa cuando afirma “algún día va a ganar tu viejo, que todo lo que tiene se lo ganó laburando”.
- El voto anti K (aunque no es ni cerca el único votante, existe);
- Un nicho new age. Ciudadanos que llevan una vida sana, les importan las bicisendas y los locales pet friendly (hace poco la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sancionó una ley para que las mascotas puedan viajar en subte los fines de semana)
Tomando a Natanson:
“Todos estos aspectos, fomentados por una gestión multi-target que se segmenta en sectores tan específicos como la secta de los runners, los reclamos éticos de los veganos y las demandas insondables de los amantes de mascotas, terminan de completar la idea del macrismo como una fuerza política moderna y cosmopolita, a la altura de los tiempos”.
Muchas veces el porteño pareciera parecerse más a un ciudadano de alguna gran Ciudad de Europa, como Francia o París (basta pasear por Plaza Francia o por alguna zona de Puerto Madero para comprobarlo) que a sus compatriotas del Conurbano que sólo se hallan a un colectivo de distancia.
La pregunta que se plantea el autor, y es adecuado repetir aquí, es si estamos ante la presencia de una nueva hegemonía macrista, o todavía no hemos llegado a ese punto.
Aún quedan las elecciones de Octubre y mucha tela por cortar hasta el 2019, pero si no identificamos los puntos que generan la eficiencia de la campaña macrista y sus estrategias desplegadas, difícil será que vayamos juntos para otro lado totalmente distinto.